No me asusta el perfume de tus labios,
Ni el acoso del silencio,
Rompí todos los platos.
No me asusta envejecer, mi entraña arde
Como carbón en cuencos de barro.
Me agrada; el canto, de los pájaros en la mañana,
Las cosas que me hacen reír y erizar la piel.
Me agradan las obras de arte de los cirujanos,
En el cuerpo de una mujer,
Aunque prefiero la gravedad de la naturaleza.
Prefiero estar en tu mar,
Ahogarme en vino y madrugadas,
Respirar el polen de las flores,
Pasear tus restos antiguos,
Estar en el jardín, donde el tiempo no existe.
Me da miedo, no ver tus ojos,
Una vez mas.
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