Cuento las telarañas, de cada esquina de la habitación,
Escucho el
caminar de los ratones,
Gatos
de peluche, duermen sin la mujer amada.
Espejos rotos, cadenas desechas, espadas sin filo
No
hay temor, ni pesadillas,
He escrito con sal las palabras, para curarlas.
Mientras,
sigues en tu cárcel sin rejas,
Batiendo soles,
matando ratas,
Lleno de
orgullo y celos.
De luchas en
vano, contra la nada.
Desertando de los ejércitos
del fuego,
donde un general te aguarda.
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