Taciturno
Virtud
de la luna,
que
derrota a la muerte,
la
rueda fortuna,
de
esta ansia inminente.
Soy
el árbol que sostiene,
Tu
vida,
Mirada
profunda,
Hacia
la letanía,
Que
anclan mis riendas,
A
las tuyas
Rompen
el pomo, de mis puertas,
Dejándome
entrar a las tuyas,
De
tu arrumaco perdurable,
A
mi acometida de amor, inmortal.
Escudriñar
el lecho, para encontrar
Ociosos,
caminos perdidos.
Otra
vez pensando,
Otra
maldición sin semblante.
El
sopor de la madrugada
Cuando
la pluma se cae de mi mano.
Y
amo seguir amando.
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